domingo, 18 de marzo de 2012

El primer día

Viernes 16 de Marzo 2012
Antes de comenzar el primer día hubo una noche...
Qué manera de dormir pésimo!!
Como antes de un examen o antes de un juicio, o antes de algo demasiado importante...
Ese miedo a quedarte dormido, a equivocarte de lugar o incluso de día.
Después de despertarme 9000 millones de veces, logré finalizar la noche y comenzar el día a la hora programada y llegar a la facultad a la hora programada.
Las veces previas que había ido por el tema de la postulación y matrícula, me restringí el área de circulación a oficinas y cajas. A lo lejos veía caballos y siempre había más de un perro alegrando el panorama.
Ese primer día ya me sentí con la libertad del acceso completo, y vi no sólo caballos, sino que ovejas, patos, más perros...era como un paseo a la granja educativa!.
Mis compañeros estaban en un pasillo. Todos juntos, pero todos en silencio o hablando bajito. Lo encontré súper ridículo, y traté de recordar mi primer día en odontología, pero no pude lograrlo. Probablemente también estábamos así.
A cada minuto llegaban más y más. Todos con cara de diecimuchos o veintipocos. Creo haber visto a algunos con sus papás (espero que por trámites administrativos), o con amigos, quizás compañeros de colegio. Pero todos callados!. Pregunté a un grupito de 4 niñas si eran mechonas. Me respondieron que sí, así es que les dije que me quedaría con ellas. Empezamos a conversar de cómo habíamos entrado, de información que habían enviado y que por supuesto yo no tenía, del examen oral de inglés que por supuesto yo no había dado por la falta de esa información...
Finalmente la masa callada comenzó a moverse.
Entramos a una sala, de esas hacia arriba. Los que pudimos nos sentamos, pero éramos tantos tantos, que hubo más de uno que quedó de pie.
Se trataba de una charla de bienvenida, donde se presentaron las autoridades, el decano, el vicedecano, la secretaria de estudios, el director de escuela. Todos con su discurso y con frases para el bronce.
También habló una psicóloga y la asistente social.
Dentro de la sala había un perro. Un cocker. Era algo tan simple, que a todos se les hacía natural! Nadie se complicaba ni ponía el grito en el cielo!. Me sentía como pez en el agua.
De ese par de horas de presentaciones salieron 4 tareas.
De ese par de horas recuerdo 2 frases que me gustaron; una la dijo la secretaria de estudios: "a todos nos une un profundo amor por los animales". La otra frase no recuerdo quién la dijo...creo que fue la psicóloga, pero se refería a que no éramos estudiantes de medicina veterinaria, sino médicos veterinarios en formación.
Buena forma de verlo...
Terminada la charla fuimos a solucionar un par de cosillas un pelín importantes, como porqué yo no tenía ninguna información ni había dado el examen oral de inglés: "es que se me olvidó ponerte en la lista!!! perdón!! hoy lo arreglo".
Igual fue un alivio que la Carito me solucionara ese drama. En un momento sentí que no estaba dentro del sistema y que había perdido mi oportunidad y había renunciado a mis pegas por las puras...rollos histéricos de mina neurótica...
Después de sentirme nuevamente "alumna regular" nos enteramos que había una "bienvenida" para los mechones en la pérgola...pero eran las 12 del día, y con esto de la ley de tolerancia cero y con trámites bancarios pendientes para el crédito corfo, preferí irme a la casa. Además tenía que ordenar mi pieza antes que a mi mamá le diera un ataque, y luego en la tarde tenía que viajar a Valpo.
El sábado era mi último día de trabajo...

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